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A pesar de la decisión del Papa Francisco de eliminar el secreto pontificio en casos de abuso de menores, la realidad es que no habrá un cambio hasta que «la Iglesia, a nivel local, no empiece a dar información directa para que el orden civil enjuicie» a los responsables, dijo Sada.

El 21 de diciembre, tan solo cuatro días después de que el Papa Francisco derogó el secreto pontificio, los Legionarios de Cristo dieron a conocer que 175 menores de edad fueron víctimas de abuso sexual cometido por sacerdotes de la Congregación.

En su informe, señalaron que del total de casos, al menos 60 menores fueron víctimas del fundador de los Legionarios, Marcial Maciel, a quien sus seguidores creían “un santo”, sostuvo Elena Sada, exmiembro de la Legión de Cristo y autora de la novela “Blackbird”, en la que narra su experiencia como integrante de la organización eclesial.

En entrevista para Aristegui Noticias, Sada recalcó la urgencia de dejar de tratar la figura del sacerdote como “un superhombre porque es ahí donde les permitimos creerse superiores, por encima de las leyes civiles y ahí es donde se comete el error”.

Asegura que, a pesar de que muchos de los sacerdotes son humildes a nivel espiritual, dentro de la Iglesia Católica “creen que pertenecen a una casta superior” y eso ha derivado en muchos abusos a lo largo de la historia.

Sada, quien fue miembro durante 20 años del movimiento Regnum Christi –creado por Maciel- y del que forman parte los Legionarios de Cristo, decidió “librarse de esa forma de pensar”.

“Hay que darnos cuenta que esa tradición en la Iglesia lleva dos mil años y que cuando uno quiere hacer algún cambio en esa institución es como si quisieras dar la vuelta a un barco gigante, pues aunque logres hacer girar el timón 360°, el giro será pequeño“, aseguró Sada.

Sada sostuvo que tardó 10 años en librarse del “lavado de cerebro” que les hacen a los creyentes al interior de los Legionarios.

Actualmente es profesora de la Universidad de Connecticut y aseguró que a pesar estar consciente de que todo profesor tiene la obligación de hacer saber a las autoridades civiles sobre algún caso de abuso a menores, la situación en espacios como el organismo eclesial fundado por Maciel puede ser complicada porque todo el tiempo se les hizo saber que aquellos que acusaban a Maciel “eran mentirosos y ladrones”.

“Eso fue lo que nosotros creímos, cuando en realidad eran víctimas inocentes y sinceras que habían padecido de un abusador que nosotros veíamos como santo“, detalla.

Acerca de Maciel señaló que “se presentó como un santo, como este líder espiritual, modelo a seguir que conocía nuestra alma, que conocía la voluntad de Dios y que nos la decía”.

La autora agregó que muchos de los miembros se unieron a edades muy tempranas a los Legionarios, en su caso a los 18 años, pero la mayoría formó parte de la congregación desde los 11 años. Ese escenario permitía que “se nos expropiaran creencias y que se nos situaran otro tipo de juicios”.

“Por nuestra poca relación con la familia y muchas de las carencias a nivel afectivo, la legión llegó a ser nuestra propia familia y él llegó a representar a un padre y más que un padre de familia, llegó a ser un padre espiritual que identificábamos con la voluntad de Dios“, detalló.

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