Un día como hoy, hace 40 años, San Juan Pablo II visitó por primera vez la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en el marco de su viaje a México que inició el 26 de enero de 1979, en la primera gira internacional de su pontificado y que incluyó República Dominicana y Bahamas.

Este hecho es recordado en estos días por los millones de fieles mexicanos.

Así el 26 de enero de 1979, el Papa polaco se convirtió en el primer Pontífice en la historia de la Iglesia en visitar México. Millones de personas se reunieron para recibirlo en el aeropuerto y desde que descendió del avión se ganó el corazón del pueblo con su gesto de arrodillarse y besar el suelo.

En su primer día San Juan Pablo II celebró la Santa Misa en la Catedral de la Ciudad de México. En su homilía, el Pontífice pidió a los mexicanos permanecer fieles a la Iglesia.

“De todas las enseñanzas que la Virgen da a sus hijos de México, quizás la más bella e importante es esta lección de fidelidad. Esa fidelidad que el Papa se complace en descubrir y que espera del pueblo mexicano”, manifestó.

Una de sus frases más significativas en ese día fue esta: “De mi Patria se suele decir: “Polonia semper fidelis”. Yo quiero poder decir también: ¡Mexicum semper fidele, siempre fiel!”.

Al día siguiente, San Juan Pablo II visitó la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe y se convirtió en el primer Pontífice en hacerlo. Ahí inauguró la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano.

“Te ofrecemos todo este Pueblo de Dios. Te ofrecemos la Iglesia de México y de todo el Continente. Te la ofrecemos como propiedad Tuya. Tú que has entrado tan adentro en los corazones de los fieles a través de la señal de Tu presencia, que es Tu imagen en el Santuario de Guadalupe, vive como en Tu casa en estos corazones, también en el futuro. Sé uno de casa en nuestras familias, en nuestras parroquias, misiones, diócesis y en todos los pueblos”, dijo en esa ocasión el Santo Padre a la Virgen.

Ese día también se reunió con los sacerdotes, religiosos y religiosas de México. El 28 de enero viajó al estado de Puebla

En su homilía destacó la defensa de la familia y señaló que “contra estos males, la Iglesia se compromete a dar su ayuda e invita a los Gobiernos para que pongan como punto clave de su acción: una política socio familiar inteligente, audaz, perseverante, reconociendo que ahí se encuentra sin duda el porvenir, la esperanza, del continente”.

Después volvió a la Ciudad de México donde visitó el Hospital Infantil. Posteriormente partió al estado de Oaxaca donde celebró la Misa en la Catedral, se encontró con los indígenas y los campesinos.

El 30 de enero viajó a Guadalajara donde visitó el barrio pobre de Santa Cecilia, el Seminario Mayor, se encontró con las religiosas de clausura en la Catedral de Guadalajara y asistió al encuentro con los obreros en el Estadio de Jalisco. En este último dijo una frase memorable para los fieles: “Donde hay un mexicano ahí está la madre de Guadalupe”.

Siguiendo su devoción mariana, San Juan Pablo II celebró la Misa en el Santuario de Nuestra Señora de Zapopán.

Al día siguiente, se reunió con los universitarios católicos en la explanada del Santuario de Guadalupe y posteriormente se reunió con los representantes de los medios de comunicación. Su última parada fue el estado de Monterrey y ahí se encontró con los campesinos, empleados y obreros. Después partió hacia las Bahamas.

Uno de los gestos del pueblo mexicano hacia el Papa, y que repitieron durante las siguientes cuatro visitas, fue “los espejos hacia el cielo”. Consistía en que, a modo de saludo al Pontífice, los fieles colocaron los espejos hacia el cielo y así reflejaban la luz del sol.

Los fieles mexicanos repitieron este gesto al mediodía del 27 de abril de 2014, día de la canonización de San Juan Pablo II en el Vaticano. De esta manera lo saludaron “hacia el cielo”.

Ahora, siguiendo la línea de su predecesor, el Papa Francisco viajó a México del 12 al 17 de febrero de 2016. El sábado 13 presidió la Misa en la basílica mariana y rezó frente a la imagen de la Virgen de Guadalupe.

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